Misma Cruz, Mismo Amor
Siendo el momento más grande de amor y de entrega, Jesús mismo nos demuestra que necesitamos ver por los demás, aun por quienes están siendo crucificados conmigo.
Siendo el momento más grande de amor y de entrega, Jesús mismo nos demuestra que necesitamos ver por los demás, aun por quienes están siendo crucificados conmigo.
Ser un buen ministro de Cristo es, como Pablo, disponer toda la vida en bien de la salvación de los demás y, por lo mismo de la propia.
Corremos el peligro de afirmar nuestros propios proyectos y deseos por sobre el plan salvador de Dios revelado en Jesús y nunca nada nos parece bien.
Éste es, quizá el servicio más grande que la madre de Jesús… señalarles a Jesús. Él sí puede ayudarlos.
“En esta respuesta nos jugamos la identidad cristiana”.
Las cosas que de verdad importan en nuestras vidas comienzan muy de madrugada.