La Biblia es la verdad, leela.
«O, apología de la Sagrada Escritura» Hace ya 31 años (en 1987) que, en el contexto de la Fiesta Juárez, unas 200 congregaciones evangélicas estaban reunidas en el Estadio Olímpico Benito Juárez, meditando sobre la unidad de los cristianos, cuando el Pastor Gerardo...
Crisis de autoridad
Es alarmante cómo la sociedad actual parece tener un rechazo a todo lo que sea autoridad. Desde el núcleo de todas las sociedades, la familia, vemos que los padres pierden su autoridad cada día más, convirtiéndose en una especie de títeres de los hijos. Y, si no hay...
Autoridad Petrina
Cuando Jesús se presenta ante Simón Pedro, luego que éste lo haya negado tres veces, le interroga, a su vez, tres veces acerca del amor que le profesaba a él. ¿Me quieres? ¿Me amas? ¿Me amas más que éstos? La respuesta de Pedro no vaciló en esta ocasión, ¡tú sabes que...
¿Por qué estudiar teología?
Siempre me ha gustado la palabra filosofía por su etimología, pues manifiesta un profundo amor por el conocimiento. Y, a veces, me ha parecido fría y dura la palabra teología, pues la siento como un conjunto de conocimientos estáticos que tratan de explicar ciertas verdades. Por eso, a veces, cuando escucho la palabra «filosofía», pienso en el amor a Dios y a su palabra; pero cuando escucho «teología», pienso en la razón del hombre intentando dar explicaciones con gran esfuerzo y trabajo.
Sin embargo, curiosamente es al revés. La filosofía suele tener sistemas de pensamiento estrictos, postulados y teorías; doctrinas frías y dignas del razonamiento asiduo; mientras que la teología, manifiesta un profundo amor a Dios y al conocimiento, de manera dinámica, siempre actual, siempre viva.