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En las lenguas semíticas como el hebreo y el arameo, es muy común encontrar juegos de palabras que, al ser traducidos al griego, perdieron parte de su encanto. Por ejemplo, en Mt 10,25 dice:

«Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al señor de la casa (οἰκοδεσπότην) le han llamado Beelzebul (Βεελζεβοὺλ), ¡cuánto más a sus domésticos!»

Para comprender mejor este juego de palabras, se ha de recordar que Beelzeboùl (Βεελζεβοὺλ), -señor príncipe[1], en ugarítico[2], antigua lengua semítica-, es la transliteración griega de un ídolo adorado por los filisteos que, a su vez, los hebreos llamaban (en tono burlesco) con otro juego de palabras, Baal-zebub (בַעַל זְבוּב), -señor de las moscas-.

«[…] Id a consultar a Baal-Zebub (בַעַל זְבוּב), el dios de Ecrón[…]. El Ángel de Yahvé dijo entonces a Elías […] diles: ¿No hay Dios en Israel para que vayáis a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón?» (2 Reyes 1,2-3)

Ahora bien, cuando Mateo habla del “señor de la casa” (οἰκοδεσπότην) está traduciendo la expresión hebrea baal zebul[3] (בַעַל זְבֻל), -señor de la residencia[4]-.

Como se puede notar, la frase en hebreo resulta sugestiva; se habría escuchado algo así como Le-baal zebul karu baalzebul (לְבַעַל זְבֻל קָרְאוּ בַּעַלזְבוּל).

Más aún, puede ser que estas palabras, atribuidas a Jesús, hayan mantenido la parodia típica judía del “señor de las moscas” Baal-zebub (בַעַל זְבוּב). De hecho, la vulgata de San Jerónimo reporta, tal cual, la palabra Beelzebub[5].

De manera que Jesús habría dicho algo así como “al Señor del Templo le llamaron señor de las moscas”, tal como, de hecho, los judíos, al dios de los filisteos “señor príncipe” (baalzebul) le llamaron “señor de las moscas” (baalzebub).


[1] Por eso los evangelios se refieren a “Beelzebu” como el “principe de los demonios” (Mt 9,34; Mt 12,24).

[2] El sistema de escritura ugarítico es el más antiguo de las lenguas semíticas noroccidentales (fenicio, arameo, hebreo).

[3] Habitación, residencia, especialmente de Dios (cf. Gesenius Hebrew-Chaldee Lexicon); morada elevada, זְבוּל templo en hebreo tardío (cf. Brown-Driver-Briggs Lexicon)

[4] Expresión que bien podría traducirse como “dueño del templo”.

[5] si patrem familias Beelzebub vocaverunt quanto magis domesticos eius (Mt 10,25b, Vulgata Latina)