[ A+ ] / [ A- ]

¡Les doy la bienvenida al blog “¡Una aprendiz en el taller del carpintero”, deseándoles que el 2018 sea un año de abundantes bendiciones, metas y sueños cumplidos en el nombre de Dios!

Yo soy Claudia Bojórquez y soy la aprendiz en este taller; soy una mujer de 33 años, felizmente casada y en la búsqueda constante de Dios, esforzándome por escuchar, por seguir y por hacer seguir su voz de amor en cada circunstancia que se me presenta en el camino, y tratando de ¡no morir en el intento!

El taller es el lugar de encuentro en donde realizo la búsqueda de Dios, es el mundo donde se desenvuelven mis actividades diarias, es la iglesia donde por medio de la comunidad y los sacramentos Dios me llama y se encuentra conmigo incesantemente, es mi familia, lugar donde amo y soy amada sin condiciones, y también es mi corazón, el escenario en donde se desarrollan las más grandes batallas de mi vida.

El Carpintero es el personaje principal de esta historia (o mejor dicho de este Blog), al que vamos a recurrir una y otra vez en busca de respuestas y de compañía, no solo en los momentos de soledad y de tristeza; sino también en los momentos de profundo gozo y agradecimiento. Ahí, en el taller, Él está esperando el momento oportuno para ser escuchado, pero también para escuchar, enseñando poco a poco a la cabeza dura que tiene por aprendiz, que a pesar de que la vida en ocasiones parezca un poco loca y sin sentido, Él siempre tiene el control y la media justa de lo que su corazón necesita.

Los invito a sumarse conmigo a la aventura que hoy se hace realidad por medio de la página del IDTS, y dejar que el Carpintero nos vaya lijando poco a poco, para que al final de nuestra vida terrena podamos gozar de Su presencia por la eternidad.

Por último, les comparto que aunque no los conozco, pido por cada uno de ustedes, que me leen, para que por medio de la intercesión de Santa Maria de Guadalupe, Dios les conceda la paz que sus corazones necesitan.De igual manera me encomiendo a la protección de nuestra Madre, para que ella sea la que siempre guie mis pasos y lleve a buen término este proyecto.

Gracias por leerme, esperando que no sea la última vez… ¡hasta la próxima!

  “No tengáis miedo a las exigencias del amor de Cristo. Temed, por el contrario, la pusilanimidad, la ligereza, la comodidad, el egoísmo; todo aquello que quiera acallar la voz de Cristo que, dirigiéndose a cada una, a cada uno, repite: “Contigo hablo, levántate” ( Mc 5, 41).”   San JPII