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Él llama a sus ovejas, por el nombre y las saca fuera. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Jesús les dijo de nuevo: Les aseguro: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mi eran ladrones y bandidos, y las ovejas no lo escucharon. El ladrón no viene más que para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia. (Mateo 10, 3-4.7-8.10)

Este cuarto domin­go de Pascua es el domingo del Buen Pastor, y con ello se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, por eso este día ora­mos de modo especial por los sacerdotes, para que el Señor les dé capacidad y fidelidad en la misión que les ha con­fiado. También se ora por las vocaciones para que el mis­mo Señor se digne llamar a muchos jóvenes a su segui­miento y fortalecer la volun­tad de todos los llamados.

El primer mensaje fue dado por San Pablo VI el 11 de abril de 1964, en el resalta la necesidad urgente de orar al Señor para pedir los obreros de la mies que el mundo necesita,[1] como mencioné anteriormente, se pone un énfasis especial a la vocación sacerdotal, por ser ellos quienes otorgan la vitalidad a la fe por medio de los sacramentos y del ejercicio de la cura de almas. Es necesario dar cuenta de que también se da la vitalidad a la iglesia desde el ejercicio de la propia vocación a la que cada uno somos llamados. Todos somos responsables de todos, sin embargo, para entenderlo necesitamos reconocernos primeramente como ovejas, que estamos todos en el mismo redil, siguiendo al Buen Pastor que nos conoce y nos ha llamado por nuestro nombre, para darnos vida y no para arrebatarla como el ladrón.

Considero que el énfasis que deberíamos poner en esta jornada de oración es el revisar si me he identificado como oveja, menciona san Gregorio Magno en una de sus Homilías que solamente seguimos al Pastor si en verdad lo hemos amado y conocido de la forma en la que él ya nos ama y nos conoce.[2] En esto radica nuestra búsqueda de la santidad, en la vocación específica a la que Dios nos ha hecho el llamado, me reconozco como oveja y después busco y atiendo a lo que Dios me pide, para con ello llevar a cabo la misión evangelizadora de la Iglesia, que es tarea que nos compete a todos los que conformamos el pueblo de Dios.

Actualmente no solo el sacerdocio como diríamos coloquialmente “ha perdido terreno” en los jóvenes, todas las vocaciones están en crisis tanto de mujeres y varones que desean consagrarse en la vida religiosa, laicos que deseen vivir plenamente su soltería e incluso el matrimonio ha dejado de ser opción en muchas parejas. Sin ser fatalista me atrevo a decir que somos una Iglesia que está en crisis y es por ello por lo que nuestra oración tiene que ser más ardua y constante; pero sobre todo sincera y que brote desde el interior, diciendo primeramente ¿Señor a que vocación me llamas?  Y si ya tienes definida tu vocación, agradecer el llamado hecho y pedir que más personas encuentren el camino que han de seguir.

Dejo la oración que san Pablo VI hacía en la 1er Jornada de Oración por las Vocaciones para que oremos juntos:

Jesús, divino Pastor de las almas, que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores de hombres, atrae a Ti también las almas ardientes y generosas de los jóvenes, para hacerlos tus seguidores y tus ministros; hazlos partícipes de tu sed de redención universal, para que se renueve sobre los altares tu Sacrificio. Tú, Señor, “siempre dispuesto a interceder por nosotros” (Hb 7, 25), descúbreles los horizontes del mundo entero, donde la muda súplica de tantos hermanos pide luz de verdad y el calor del amor; para que, respondiendo a tu llamada, prolonguen aquí en la tierra tu misión, edifiquen tu Cuerpo místico, la Iglesia, y sean “sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5, 13). Extiende también, Señor, tu amorosa llamada a muchas almas de mujeres puras y generosas, e infúndeles el ansia de la perfección evangélica, y la entrega al servicio de la Iglesia y de los hermanos necesitados de asistencia y de caridad. Así sea.[3]


[1] RADIO MENSAJE DE SU SANTIDAD PABLO VI PARA LA I JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES   En línea: http://www.vatican.va/content/paul-vi/es/messages/vocations/documents/hf_p-vi_mes_19640411_i-word-day-for-vocations.html

[2] San Gregorio Magno, Homilías 14,3-6.

[3] RADIO MENSAJE DE SU SANTIDAD PABLO VI PARA LA I JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES   En línea: http://www.vatican.va/content/paul-vi/es/messages/vocations/documents/hf_p-vi_mes_19640411_i-word-day-for-vocations.html