Presento a vuestra consideración los siguientes datos.

1) He aquí “la pirámide de la riqueza mundial“, una imagen que ha alcanzado cierta difusión en Internet, pero que merecería ser mucho más conocida. Es el fruto de un estudio académico serio. Nos dice que el 0,6% de la población mundial posee el 39,3% de la riqueza mundial.

Aunque eso no se diga en ese estudio, ese cuarto y último tramo de la pirámide de la riqueza mundial es a su vez una pequeña pirámide, que podría subdividirse en otros cuatro tramos. Es muy probable que alrededor de un 0,01% de la población mundial posea alrededor del 20% de la riqueza mundial. Esos “súper-ricos” son los verdaderos detentadores del poder económico mundial.

2) Según Forbes, en el mundo hay al menos 1.826 “billionaires” (= “mil-millonarios», personas con una fortuna igual o superior a los US$ 1.000 millones). No hay ningún “príncipe de la Iglesia” en esa lista. Allí mismo se puede ver que el menos rico de los 500 multimillonarios más ricos posee más de US$ 3.000 millones.

3) Hay un mercado especial para los bienes y servicios de súper-lujo que compran y consumen los súper-ricos. En esta página de un sitio dedicado a ese mercado de élite uno se puede enterar de algunos de los derroches escandalosos (por desgracia típicos) de esa clase social.

Para cualquiera familiarizado con la Iglesia Católica es evidente que ni uno solo de los cuatro o cinco mil Obispos católicos del mundo entero lleva un estilo de vida ni remotamente parecido al “lujo asiático” de esas decenas o centenas de miles de magnates.

4) Según Fortune, la compañía N° 500 del Fortune 500 de empresas (o sea, la menor de las 500 mayores empresas de los Estados Unidos) tiene ingresos anuales de más de US$ 5.000 millones. El ingreso anual total de esas 500 empresas juntas es de 12,5 billones (o sea, millones de millones) de dólares.

5) Según el prestigioso periodista norteamericano John L. Allen Jr., el presupuesto anual de la Santa Sede es de US$ 330 millones. Esta otra página da un dato del mismo orden de magnitud: 200 millones de euros.

Al fin y al cabo, las “grandes riquezas” del Vaticano resultan ser bastante decepcionantes… El famoso IOR (el mal llamado “Banco Vaticano», que no es propiamente un banco) tiene la dimensión de un banco pequeño, con un peso insignificante en el mercado financiero global.

6) Por supuesto, el Vaticano posee grandes tesoros artísticos, que eventualmente podría intentar vender. Dudo mucho que, si pretendiera hacerlo en gran escala, el Gobierno italiano se lo permitiera. Además, si lo hiciera, derrumbaría los precios en ese mercado (por la ley de la oferta y la demanda: a mayor oferta, menor precio). Pero dejemos esas objeciones de lado, por el bien de un argumento que escuché una vez al P. Antonio Ocaña SJ, un muy buen amigo mío. Cuando decimos que la Pietà de Miguel Ángel vale (por decir algo) 20 millones de dólares, ¿qué queremos decir realmente? No otra cosa que esto: que hay al menos un multimillonario que está dispuesto a gastar 20 millones de dólares para apropiarse de la Pietà. ¿Para qué? No para poder verla, porque desde hace 500 años pueden verla fácilmente todos, ricos y pobres, si van hasta la Basílica de San Pedro. Muy probablemente la compraría para incluirla en su colección privada de obras de arte, vista y admirada por muy pocas personas (el multimillonario y su pequeño círculo de amigos de la súper-élite).

Ahora bien, ocurre algo muy curioso con la multitud de gente que protesta contra las “riquezas del Vaticano»: acusan al Papa o a la Iglesia de mantener en el hambre o la pobreza a millones de personas por no vender sus tesoros artísticos. Fíjense bien: no acusan a los multimillonarios, que son los que realmente tienen el dinero y lo despilfarran haciendo cosas absurdas y hasta obscenas como gastar 20 millones de dólares en comprar una estatua. Acusan en cambio a la Iglesia, que sólo tiene la estatua, que no se come, ni se bebe, ni es dinero; a la Iglesia, que por lo general usa razonablemente bien su dinero, para promover su misión apostólica en todo el mundo.

Aunque tal vez en algunas situaciones la Iglesia podría vender la Pietà, yo me siento muy inclinado a valorar y aprobar la decisión de los Papas de no venderla: se protege así un patrimonio de alto valor artístico que está siempre a disposición de todos (incluso los pobres) y se renuncia a aprovechar un negocio de muy dudoso valor moral, insistiendo más bien en el llamado a la conversión de los ricos (y los súper-ricos): son ellos, los que poseen las grandes riquezas, quienes tienen el mayor deber de usarlas bien, en forma solidaria y generosa, no derrochándolas en lujos deplorables.

De todo esto resulta claro, a mi juicio, que “la riqueza del Vaticano” es a la vez un mito de la propaganda anticatólica y una maniobra de diversión (en el sentido militar) para evitar que la gente fije su atención en los verdaderos ricos.

Daniel Iglesias Grèzes

Daniel es un fiel católico laico, uruguayo, nacido en 1959, casado con María Alejandra, con tres hijos: María Inés, Juan Pablo y Santiago José. Ingeniero Industrial, Magister en Ciencias Religiosas y Bachiller en Teología. Secretario de la Obra Social Pablo VI y del Centro Cultural Católico «Fe y Razón», asociaciones con sede en Montevideo. Autor de varios libros de teología.

En total hay 115,352 institutos de beneficencia y asistencia.

Desglosando estos, la Iglesia católica gestiona 5,167 hospitales y 17,322 dispensarios repartidos en los cinco continentes. Igualmente, dirige 648 leproserías y 15,699 casas para ancianos, enfermos crónicos y minusválidos.

Además, tiene 10,124 orfanatos y 11,596 guarderías. Dispone además de 14,744 consultorios matrimoniales, 3,663 centros de educación o reeducación social y 36,389 instituciones de otro tipo.

En cuanto a la educación, la Iglesia gestiona 71,188 escuelas infantiles, 95,246 escuelas primarias, 43,783 institutos secundarios además de varios millones de alumnos en las escuelas superiores y universidades católicas. (Ir a la fuente…)